Aromas del Corazón

El manto de la noche cubre el puente Carlos de Praga, entre la multitud, una pareja besándose, camino de su séptimo cielo en el que la ternura, el deseo y el amor se unen para escribir en un instante, los versos más maravillosos de sus vidas. Al lado, una joven concertista de guitarra, absorta, acaricia su guitarra cual amante entregado, en una danza mágica de sonidos y sensaciones donde los corazones laten al unísono y donde ese “Romance anónimo”, junto a Albeniz y Falla nos recuerdan paisajes que como este puente, nos encantan y seducen, como las estrellas y la Luna que alumbran esta ciudad encantada.. Un poco mas abajo, un grupo de Jazz nos recuerda que New Orleáns sigue siendo la cuna del genuino “dixieland”…todo, bajo la mirada de los treinta santos que presiden un presente que ya no es el suyo, pero que, sin ellos, no hubiera sido posible soñar con lo imposible, en esta ciudad de ensueño y encantada en el tiempo que es Praga.

Y así, sin olvidarnos de ese titiritero que, a través de sus marionetas, nos cuenta como en un país que, puede encontrarse en cualquier corazón que crea en la magia y en la vida… cualquier noche puede salir el sol y, gracias a esta ciudad y a este puente…, ésta, es una de ellas… y, sabéis, todos estáis allí, como estáis en mi corazón, desde que vuestras nubes y mis nubes se cruzaron, desde que todos, como hacedores de sueños igual que los alquimistas buscando ese quimérico oro, buscamos el nuestro en la palabra, la imaginación, la amistad y el amor…

Porque creemos en lo imposible, porque anclar la eternidad en un instante o sujetar lo invisible entre los dedos nos es tan fácil como hacer de cada estrella un sol para nuestros corazones.

"Tocaré las estrellas y vuestro susurro oiré

Me contareis y os contaré y todos, desde

el mismo arco iris, guardaremos

el secreto de un sueño encontrado,

de una utopía imposible y de una amistad maravillosa…"

¡Gracias!...