¿Por qué?
En estos días, se están convocando innumerables actos informativos y de protesta, enmarcados en la semana solidaria para erradicar la pobreza en el mundo. El lema en esta ocasión es “Revélate”; exijamos responsabilidades a las multinacionales, gobiernos e instituciones por no haber cumplido los compromisos asumidos hace algunos años ante los organismos internacionales, opinión pública y ONG’s de reducir drásticamente los índices de pobreza en el mundo.
Ésta es la crónica no de una utopía ni entelequia, sino la más real y mísera de las lacerantes realidades…La pobreza.
¿Hasta cuándo?...
1000 millones debe repartirse el 1% de la renta.
Y otros muchos ni siquiera llega a ser numero de estadística…sencillamente no existen.
En el estado actual de las fuerzas de producción agrícolas se podrían alimentar sin problemas a doce mil millones de personas. La población actual del mundo asciende a menos de seis mil millones de personas.
En esta tan mal llamada “Aldea global”, es un hecho que podemos producir, distribuir y transportar a todos los rincones del planeta cualquier tipo de bienes y recursos, precisamente por la necesidad de asegurarnos la supervivencia como parte de esa aldea. Y además, es más que evidente, que los niveles de salud, bienestar y esperanza de vida son directamente proporcionales a los niveles de alimentación. Donde no se come lo suficiente, encontramos miseria, desnutrición, hambre, enfermedad y muerte.
¿Por qué? ¿Por qué la vergüenza del hambre?...
Los ricos son cada vez más ricos y los pobres cada vez más pobres. En 2000 el 20 % de los habitantes más ricos del mundo disfrutaban de una renta cuarenta veces superior a la del 20 por ciento de los habitantes más pobres.
Las doscientas veinticinco mayores fortunas del planeta representan un total de más de mil millones de euros, que es el equivalente a los ingresos anuales del cuarenta y siete por ciento de la población más pobre del planeta, es decir, de dos mil quinientos millones de personas.
En Estados Unidos la fortuna de Bill Gates es igual al valor total neto de los ciento seis millones de americanos más pobres.
El volumen de negocios de la multinacional General Motors es superior al PIB de Dinamarca; el de Exxon-Mobil supera al PIB de Austria y cada una de las cien empresas globales vende más de lo que exporta cada uno de los ciento veinte países más pobres. Estas firmas controlan el setenta y cinco por ciento del comercio mundial.
Tras esas cifras hay una realidad de explotación de sufrimiento y desesperación. Y todo porque esa sima de desigualdad está creada, sustentada, legitimada y mantenida con violencia, si es preciso, por una globalización del comercio cuyo control está en manos una oligarquía transnacional. La oligarquía decide el destino de nuestro mundo.
La FAO evalúa en más de treinta millones el número de personas muertas de hambre en el 2000. Y cada año, ocho millones de personas, mayoritariamente niños, pierden la vista, la mayoría de las veces por falta de una alimentación suficiente. Ciento cincuenta millones de ciegos viven en los países de África, de Asia y de América Latina.
La subalimentación y la hambruna de dos sextas partes de la humanidad es un holocausto absoluto. Aquí no hay selección natural posible, sino globalización del beneficio por el beneficio, del capital por el capital.
Globalización de la Deuda Externa...
Recordemos las palabras de Pere Casaldáliga cuando con vehemencia nos dice…
"Debéis explicar con realismo y rotundidad cómo lo que hay de malo en nosotros, de enfermedad, de privación, de dependencia, en gran medida, depende de vosotros, para que de una vez por todas dejen de decir que somos perezosos, ineptos, incapaces, que vivimos del folclore. Que la deuda externa no la tenemos nosotros, sino vosotros. Son quinientos años de deuda externa: España, Portugal, Francia, Inglaterra, Europa. Nos deben quinientos años. Yo he dicho muchas veces y lo repito: cobrar la deuda externa es pecado, es pecado mortal, porque significa la muerte de millones de niños del Tercer Mundo".
La comercialización de unos países con otros es un hecho no por obvio menos importante, para el intercambio de bienes y capitales; pero lo que es menos obvio es la habilidad perversa con que los países ricos y sus multinacionales ejercen ese comercio. Un comercio que, sólo en el 2000, permitió que los países acreedores realizaran a su favor más de 150.000 millones de euros.
En el 2000, según datos de Naciones Unidas, la deuda externa de los países en desarrollo es de 30.000 millones de euros. Estos países llegan a exportar un 18,9 % de su PNB y en 1995 lo transferido en concepto de servicio de Deuda es 4,4 veces mayor que lo recibido en ayuda oficial.
Sin ser muy expertos en economía, es fácil comprender el mecanismo del endeudamiento externo. Los países ricos desarrollan políticas fundamentadas en la captación y control del mayor flujo de capitales posible y es cuando aparecen como los adalides de la solidaridad que corren generosos a remediar las necesidades de los países endeudados.
Usando como instrumentos para este control a las “omnipresentes” multinacionales. Así absorben las materias primas a un precio irrisorio y ofrecen sus elaborados productos a un costo muy alto. Ellos tienen poder para proteger sus productos con leyes especiales y para poner barreras aduaneras a otros productos que podrían competirles con precios más bajos. Como los países endeudados no tienen dinero, y lo necesitan, piden que les presten, y que se lo presten aunque con intereses absolutamente abusivos. Es la piratería depredadora del capital globalizado.
Lo que los pobres producen se ven obligados a venderlo a muy bajo precio y, así, debiendo comprar a precios muy altos cosas que no tienen, se endeudan cada vez más.
Conciencia de un Holocausto...
La realidad es como es y no como nosotros muchas veces la concebimos.
La sociedad se dualiza en ricos cada vez más ricos y en pobres cada vez más pobres; la tecnología hace que pueda haber desarrollo sin trabajo, podemos dañar gravemente la biosfera y destruir las condiciones de vida de los seres humanos y del propio ecosistema.
¿Qué hacer?...
Respeto…
- Respetar la Tierra y la vida en toda su diversidad.
- Construir sociedades democráticas, sostenibles y representativas.
Integridad…
- Establecer protocolos de producción, consumo y reproducción que salvaguarden las capacidades regenerativas de la Tierra, los derechos humanos y el bienestar comunitario.
Justicia social…
- Asegurar que las actividades e instituciones económicas promuevan el desarrollo humano de forma equitativa y sostenible, con especial énfasis en el control y seguimiento de los procesos de globalización e intercambio de bienes y capitales.
-Asegurar el acceso universal a la educación y a la salud de toda persona, con independencia de clase, sexo, religión o afinidades políticas.
- Defender el derecho de todos, sin discriminación, a un entorno natural y social que apoye la dignidad humana, con especial atención a las minorías.
Democracia…
- Fortalecer las instituciones democráticas en todos los niveles y brindar transparencia y rendimiento de cuentas en la gobernabilidad, con la separación clara y efectiva entre los poderes que deben de sustentar esta democracia.
- La dignidad humana, con sus derechos básicos, es precisamente lo que fundamenta la Declaración universal de Derechos Humanos, adoptada en Asamblea General por las Naciones Unidas el 10 de Diciembre de 1948.
"Los Pueblos de las Naciones Unidas reafirman su fe en los derechos fundamentales del ser humano, en la dignidad y valor de la personas y proclama estos Derechos como ideal común por el que todos los pueblos y naciones deben esforzarse, a fin de que tanto los individuos como las instituciones, inspirándose constantemente en ella, promueva, mediante la enseñanza y la educación, el respeto a estos derechos y libertades, y aseguren por medidas progresivas de carácter nacional e internacional, su reconocimiento y aplicación universales y efectivos, tanto entre los pueblos de los Estados Miembros como en los de territorios colocados bajo su jurisdicción" -Preámbulo-.
Soy plenamente consciente que, desde una praxis real de la política, todo lo expuesto hasta ahora, puede sonar a retórica. Porque en nombre de los Derechos Humanos, países y gobiernos que se consideran sus más acérrimos defensores, los vienen incumpliendo de forma sistemática y con total impunidad. ¿Cómo eludir esta trampa de una proclamación meramente abstracta e idealista de los Derechos Humanos?.
"El problema real de los Derechos humanos, no es ideológico, pues hay una realidad que se impone mas allá de toda interpretación o del sentido que cada uno de nosotros le de y es la "globalización de la cultura del capital", que impone un orden, que hace de la universalidad de los mismos una burla vergonzosa y perversa, porque no sólo no se da esa universalidad, sino que se la niega sistemáticamente, ya que hasta ahora, tal como se ha dado, se requiere condenar a la pobreza y muerte por inanición física y moral de muchos para la dominación y libertad aparente de unos pocos... Por ello, se denuncia el cinismo de los países ricos , que tratan de aparentar que en ellos se da el pleno cumplimiento de los derechos humanos, cuando lo que se da es el disfrute de derechos nacionalistas y clasistas, mediante la negación efectiva de lo que compete a la humanidad entera en su conjunto".
Esperanza para la desesperanza…
La Utopía es sueño, es camino, es meta… La esperanza, según Marcuse, nos fue dada para que sirvamos a los que no la tienen. De esperanza en esperanza caminamos, avanzamos o retrocedemos… pero siempre nos queda la razón para la esperanza. La Humanidad no es suicida, tiene genética divina, es hija del dios de la Vida. La esperanza, como horizonte y entelequia de nuestros paraísos, nos convoca y provoca. No sólo hacemos camino andando, somos camino, reencontrarnos con nuestra dignidad es y será eternamente esa insurrección de las conciencias y la convicción de que la condición humana es mucho más que esas miserias que muchos quieren perpetuar para ser ellos dueños de nuestras almas y futuro… Revélate… No a la pobreza; participa de los actos y manifiestos convocados para denunciar esta vergonzosa realidad… La indiferencia ya no es posible… Nuestra dignidad y esperanza deben ser solidarias con esos hijos de nada y nadie…
“ Los hijos de nadie, los dueños de la nada.