Equilibrio Del Vertigo: junio 2006

Equilibrio Del Vertigo

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Lugar: Barcelona, Spain

Superviviente como me imagino la mayoría de vosotros/as; pensador perezoso y vividor accidental. En los años 60, aprendí a mirarme al espejo...Se podía mejorar muchísimo lo que veía...Sigo en ello.

sábado, junio 24, 2006

Mi vida sin mí o el desafío de ser uno mismo.



“Como tantas cosas que aprendemos a lo largo de nuestra existencia, aprendí una, la que hasta ahora ha sido la más importante de mi vida, “a mirarme al espejo”, a no intentar engañarlo ni engañarme, a no dejarme seducir ni seducirlo, a, en definitiva... Reconocerme como soy, con mis cualidades y defectos. Desde el principio me percaté que "si de alguien no podía prescindir era de mi mismo" y que lo que veía, se podía mejorar muchísimo...Sigo en ello”.

Todos nosotros poseemos un conjunto de cualidades contrapuestas y ambivalentes que interactúan entre si. Somos alegres o nos perdemos en la tristeza. Somos valientes o presuntamente cobardes. Somos obesos o nos creemos anoréxicos. Pero frecuentemente de cada una de estas cualidades o dimensiones de polaridad que conforman nuestra personalidad, rechazamos algunas partes, justamente las que más nos desagradan.

“Existe al menos un rincón del universo que con toda seguridad puedes mejorar, y eres tú mismo.”-Aldous Huxley.


Las que nos producen bienestar o satisfacción las aceptamos como nuestras, y las que nos desagradan o nos producen dolor las rechazamos como ajenas. Y así, nos creamos “nuestra” propia opinión y realidad de lo que somos y hacemos. Somos inteligentes rechazando cualquier atisbo de ignorancia o tontería; agradables pero de ningún modo ariscos; fuertes y nunca débiles.

O por el contrario, estamos acomplejados de ser como somos. Vivimos en una sociedad donde ser obesa o feo, pobre o viejo, tímido o simplemente no estar a la altura de lo que esa sociedad espera de nosotros, comporta ser el patito feo de un cuento, en el que ser el príncipe o la princesa siempre será sueño imposible para nosotros.

“Quien es auténtico asume la responsabilidad por ser lo que es y se reconoce libre de ser lo que es”- J.P.Sartre.

Nos cuesta reconocernos como los malos de la película. No seremos ni los pesados, intransigentes, insensibles ni nada que vaya en contra de esa imagen que nosotros hemos creado de si mismos. La necesidad que los demás nos den la bendición u homologación social se convierte en una obsesión y en demasiadas ocasiones, en un trauma y deformación de nuestra propia realidad como personas.

Negando la realidad nunca estaremos en condiciones de transformarla. Es así como sin percatarnos, inconscientemente, dejamos de aceptarnos y, al hacerlo, dejamos que nuestra autoestima dependa sólo y exclusivamente de la aprobación de los demás.

Pasar del apoyo de los demás a ser plenamente conscientes de cómo somos y ser nosotros los que tengamos la última y definitiva palabra para aceptarnos, comporta reconocernos en ese espejo en el que tanto nos vemos y muy poco nos miramos, seamos obesos o delgados, genios o humildemente “normales”.

El negar nuestra evidencia es negarnos a nosotros mismos y ése es el primer y principal obstáculo para que nuestra autoestima sea plenamente auto dependiente. Si no nos aceptamos a nosotros mismos no aceptaremos a los demás y esa tan anhelada felicidad será una simple quimera de lo imposible.

“Trata de verte a ti mismo sin ningún temblor, sin falsa modestia, sin miedo, sin justificarte ni condenarte; aprende a vivir contigo mismo tal como eres en realidad”-Jiddu Krisnamurti.

No tengamos ninguna duda. Si nos reconocemos y aceptamos no habrá nada fuera de nuestras posibilidades. Conocernos a nosotros mismos y ser felices es el trabajo de toda una vida... ¡Reconozcámonos!... ¡Aceptémonos!... nuestro corazón y autoestima serán los primeros en “ser” y en “dar”… felicidad, a nosotros mismos y a los demás.

¿Es nuestra autoestima “nuestra” o de los demás?


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sábado, junio 17, 2006

Invitación


Mi querido amigo Pol me invitó hace unos dias a seguir una cadena de “recomendaciones” estivales, sea un libro, una canción o una película.

Mi primera intención era no aceptar, pero dado que lo quiero mucho y que pronto lo vamos a tener lejos de nosotros decidí aceptar la invitación y recomendar historias que por su impronta hayan pasado a formar parte de mis paisajes oniricos.

Empecemos por... "Las letras que me han seducido":

En primer lugar os recomiendo que leais a Hermann Hesse, uno de los autores mas influyentes del siglo XX. De su extensa bibliografia escogeria la que posiblemente sea su mejor obra, me refiero a “El lobo estepario” escrita el año 1927 es quizás la novela más innovadora de Hesse. Por un lado, la historia que narra es un alucinante viaje a ls temores, angustias y miedos a los que se ve abocado el hombre contemporáneo.
Pero por otro, la excepcional narrativa de Hesse llega en esta novela a su punto culminante, pues mediante la combinación de figuras narrativas y de puntos de vista nos ofrece diversas dimensiones de un personaje que intenta vivir al margen de las convenciones sociales. Es sin duda la obra que más estrechamente ha quedado asociado el nombre de Hesse.


“Las cosas que vemos son las mismas cosas que llevamos en nosotros. No hay más realidad que la que tenemos dentro. Por eso la mayoría de los seres humanos viven tan irrealmente; porque cree que las imágenes exteriores son la realidad y no permiten a su propio mundo interior manifestarse. Se puede ser muy feliz así, pero cuando se conoce lo otro, ya no se puede elegir el camino de la mayoría"

El padre y el abuelo de Hesse fueron misioneros en la India y le transmitieron sus conocimientos del hinduismo y el taoísmo. Éstos, junto con el romanticismo alemán, otorgan a toda la obra de Hesse un trasfondo místico y trascendental.
Otros titulos tan relevantes como “El lobo estepario” son “Demian”, “Siddhartha”, entre otros

Por último recordar que fue galardonado con el premio Nobel de Literatura en 1946.

"El que quiere nacer, tiene que romper un mundo"
“Quien "no encaja en el mundo " , está siempre cerca de encontrarse a sí mismo”.


Seguimos con . . . . “ La música de mi vida”:

En este apartado, pienso en dos temas. El primero es del “Boss”

“Más duro que los demás”

O lo que es lo mismo, "Tougher than the rest", de Bruce Springsteen. Para los interesados, incluído en su álbum Tunnel of Love. este tema es, sencillamente, increíble. El video es tambien una autentica maravilla.




"Pero veo que andamos en el mismo juego de siempre, que la noche siempre nos ha acompañado, pero que con la luz del día volvemos a ser lo que se supone que somos, pero lo que en realidad no seremos nunca, porque lo que hay es evidente, por mucho que lo queramos negar".

El segundo es de Nathalie Cardone, actriz y cantante francesa versionando el tema de Carlos Puebla de “ Hasta siempre”como homenaje al “Che” Guevara, la canción esta incluida en el primer album de esta actriz de padre italiano y madre española. . . . sencillamente impresionante.



Por último de. . . . "mi Cinema Paradiso”:

Quiero recomendar dos películas que posiblemente ya conocereis y que tienen en común la necesidad que tiene el ser humano de soñar, amar y creer en la magia de la vida.

La primera es “Descubriendo Nunca Jamas” del director Marc Forster estrenada el año 2004 y protagonizada por Johnny Depp y Kate Winslet.

Puede ser explicada como la película que cuenta la historia del escritor que dio vida al célebre Peter Pan. Pero ante todo, es la historia de un hombre que nunca se resignó a dejar de ser niño. J.M. Barrie, de él se trata, interpretado por el genial Johnny Depp, es el protagonista de un film maravilloso, cargado de fantasía y de magia, donde el poder de la imaginación es parte fundamental de la historia.

"Wendy, ¿por qué tenemos que crecer?".


Barrie vive en una sociedad conservadora, que muchas veces lo mira sin entenderlo. Su misma esposa, cada esta vez más lejos de él, no entiende cómo es que el autor prefiere estar cada vez más tiempo con los niños que con ella u otros amigos adultos..


Pero Barrie nunca pierde la calma. Él solamente cree en el poder de la imaginación. En la capacidad de cada uno para construirse o inventarse el mejor modo de vivir su vida. Él duerme en una cama, está alojado en una casa, trabaja en un teatro, pero vive en Nunca Jamás, un lugar hecho de sus propios sueños, de sus propias ilusiones. Un lugar donde le está permitido ser niño siempre. . . . .





¿Nos atreveremos a viajar con nuestra inocencia a ese maravilloso “ Nunca Jamas"?.


La segunda y última historia para recomendar es una película que todos conocemos y que nos puede servir como norte en nuestro camino por la vida, al afirmar con toda rotundidad que “La vida es bella”, si, la película que Roberto Benigni nos cuenta en modo de fabula una historia que se inicia unos años antes de que comience la Segunda Guerra Mundial, en la que un joven llamado Guido llega a un pequeño pueblo de la Toscana italiana con la intención de abrir una librería.

Allí conocerá a Dora, la prometida del fascista Ferruccio, con la que conseguirá casarse y tener un hijo. Con la llegada de la guerra los tres serán internados en un campo de concentración donde Guido hará lo imposible para hacer creer a su hijo que la terrible situación que están padeciendo es tan sólo un juego.


“¡Buenos días Princesa!”


Maravillosa historia donde la ternura, la sonrisa y la tragedia se entremezclan como hacía muchos años que no se había visto en una película. El mayor éxito internacional del cine italiano desde la época dorada de Fellini. Premiada con tres Oscar, gran premio de Cannes, son algunos de los que consiguió el año de su estreno en 1998.

Fábula sobre el poder de la imaginación y de adaptación de la naturaleza humana, en este caso, en los tiempos del horror nazi. Lloremos y riamos una vez más con estas vidas en esta maravillosa historia.





“¿Después de verla, dudaremos que la vida es bella?”.


Y mi última y mas deseada recomendación, ¡ Sed felices porque la vida y vuestros corazones se lo merecen!. ¡Carpe Diem!

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sábado, junio 10, 2006

¿Quien le robó el mes de Abril ?

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“Si alguna vez he dado más de lo que tengo,
me han dado algunas veces más de lo que doy.
Se me ha olvidado ya el lugar de dónde vengo
y puede que no exista el sitio a dónde voy”.


Úbeda lo vio nacer, Madrid lo adoptó, y nuestros corazones lo han encumbrado como mito popular; sí, hablo del Flaco Sabina, Joaquín Sabina.

Nace en Úbeda un día de Febrero de 1949. Hijo de Adela, de quien adoptó el apellido de Sabina y de Jerónimo, un comisario de policía del más rancio franquismo.

"La vida es tan corta y el oficio de vivir tan difícil, que cuando uno empieza a aprenderlo, ya hay que morirse".

Corrían los 50 y la España de tonos grises y horizontes de miseria (eso sí, reserva espiritual de occidente) era el escenario para que entre monjas, curas y la autoridad competente, el aún niño Joaquín Ramón Martínez, conocido después por Sabina, empezara a fraguar su “esta boca es mía” sin seguramente él saberlo. Escribía versos y leía tanto a los clásicos como a los Marcouse, Camus, Proust y demás “pirómanos” culturales de la época.

"Si ahora encuentro aquel amigo leo en el fondo de sus ojos que ya se secaron las flores de 1968".

Volaban ya los años 60 y todo adolescente “progre” que se preciase luchaba por la Revolución. Una utopía que toda una generación hizo suya. Este fue el escenario en el que Sabina ya matriculado en la Universidad de Granada como estudiante de Filología se inició como izquierdista de pro. Su bautismo de fuego y nada mejor dicho, fue con un cóctel molotov lanzado a una oficina del Banco de Bilbao; lo que le valió un bien merecido exilio en Londres. No tanto por “su” cóctel si no más por la atmósfera agobiante del franquismo, la libertad estaba al norte y allí se fue.

"Qué pequeña es la luz de los faros de quien sueña con la libertad".

Siete años de vida bohemia y de okupa, donde el “Carpe Diem” fue para él su máxima existencial. Adapta obras teatrales y publica “Memorias del exilio”. Compone sus primeras canciones y actúa de telonero para, entre otros: Paco Ibáñez, Lluis Llach y Elisa Serna.

"Nunca tuve más religión que un cuerpo de mujer".

En 1977 tras la muerte de Franco regresa a España. Realiza el servicio militar en Mallorca; se casa con Lucía para poder salir del cuartel por las noches, de la que se separa posteriormente. Siguiendo su tradición de mujeriego, tiene diversas relaciones, siendo la más relevante la de Isabel con la que tuvo dos hijas, Carmela y Rocío. Ejerce de periodista y empieza a cantar en el café “La Mandrágora” junto a su gran mentor Javier Krahe. De su café del alma pasó a actuar en el programa “esta Noche” de TVE lo que, junto a un cambio de imagen de cantautor comprometido a rockero irreverente le hacen ser lo que ahora conocemos como el entrañable canalla y mujeriego, defensor de las causas perdidas, Joaquín Sabina.

"Que ser valiente no salga tan caro, que ser cobarde no valga la pena...".

En el verano de 2001, tras publicar el álbum “nos sobran los motivos”, sufre un infarto cerebral del que se recupera sin aparentes secuelas. En los últimos tres años ha estado alejado de los escenarios debido a una profunda depresión. Se dedica a escribir, siendo su último trabajo el álbum “Alivio de Luto”, iniciando la gira de “Carretera y top manta”. Por el camino quedan veinte trabajos discográficos y seis libros editados.


"Así que, de momento, nada de adiós muchachos,
me duermo en los entierros de mi generación;
cada noche me invento, todavía me emborracho;
tan joven y tan viejo, like a rolling stone".



Poeta, ácrata, amigable, solitario, mujeriego y enemigo de banderas, salvo la de “su alma”, la de su España republicana, fiel a su ideario existencial. Ama a sus mujeres y defiende a todo lo que tenga que ver con el mundo de los perdedores.

Detesta ser modelo de nada, aunque sin proponérselo es un símbolo para varias generaciones, devotos de su canallesca desilusión y rebeldía. No se rasga las vestiduras por el hecho que se comercialice su imagen, le queda la canción, su pluma y sus amigos, entre los que se encuentran Aute y Serrat. Para él es suficiente, siempre con permiso de su próstata, corazón y en los últimos tiempos sus miedos y renuncias.



Sí, hablo de Sabina; ese cantautor, poeta, escritor y, por encima de todo vividor, que se pasea por el mundo acariciando su guitarra y con voz quebrada nos habla de Sartre, Nietzche, Camus, conjugado con Lorca, Alberti, Neruda, Hernández o el mismo Cervantes. Con su alma rugosa encarna la decepción de los perdedores y su derecho a un lugar bajo el sol.

Lo suyo no es filosofía ni tampoco música, sin más, es vida en prosa y verso de amor y humedad. Flamenco, rock, algún que otro rap con tintes dylanianos, vocación de superviviente; ha sabido crear su propio ego dándole forma de poesía, pasión, irreverencia, sinceridad y utopía.

Su gloria es su mito, y ser el alma de un personaje entrañablemente provocador y único, su destino.



"Señoras y señores, exiliados de la gloria, todos, sí, he hablado de Joaquín, ése, que en el vientre de su madre ya alguien disfrazado de destino le robó su más preciado mes de Abril".

¡Gracias Flaco!.

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sábado, junio 03, 2006

El hombre rebelde



“Está la belleza y están los humildes. Por difícil que sea conseguirlo quisiera no ser nunca infiel ni a los segundos, ni a la primera."

Figura esencial de la literatura contemporánea, el recuerdo de Albert Camus pervive en nuestras conciencias cuando, más que nunca, seguimos buscando razones para entender las muchas sinrazones del mundo que nos rodea.

El lunes 4 de enero de 1960 la carretera nacional cinco con destino a París era escenario de un accidente automovilístico: un coche colisionaba brutalmente contra uno de los árboles que bordeaban la fría carretera. Un camino que para Albert Camus significó ser el último de su vida. Las trágicas consecuencias y la identidad del fallecido hicieron de este choque uno de los absurdos más dolorosos de la historia de la literatura contemporánea.

Camus nació en Mondovi, la actual Drean –Argelia-, en 1913. Su madre era de origen español. Su padre falleció en 1914, en la batalla de Marne de la I Guerra Mundial, un acontecimiento que estaría muy presente en su vida y en su obra. El pequeño Albert tenía tan sólo dos años. Su infancia transcurrió en la ciudad de Argel, en uno de los barrios más humildes y degradados de la ciudad. A pesar de la falta de recursos, gracias a una beca, pudo completar sus estudios de primaria y bachillerato.

Ingresó en la Facultad de Filosofía y Letras de Argel. Cuando quiso ejercer allí como profesor no fue admitido a causa de su avanzada tuberculosis. Trabajó durante algún tiempo como corresponsal del Alter Republicain. Durante este período publicó "Bodas" 1939. Paralelamente, fundó una compañía teatral, desempeñando en ella tareas como actor y director.

En 1940 se instaló en Paris, trabajando como corresponsal de París-Soir. Allí comenzó a adquirir renombre. Escribió su primera novela, "El extranjero", para muchos, la mejor de su obra, y el ensayo "El mito de Sísifo", corría el año 1942. Durante la ocupación nazi fue un activo miembro de la Resistencia. Fundó y dirigió el periódico "Combat" que, desde la clandestinidad, colaboraba con la resistencia francesa. Durante este período escribió "Cartas a un amigo alemán". Su labor de escritor se extendió también al teatro.

"¿Quién podría afirmar que una eternidad de dicha puede compensar un instante de dolor humano?"

En 1944 estrenó su obra teatral "El malentendido" y, al año siguiente, "Calígula". En 1947 escribió "La peste", una de sus novelas más celebradas. En 1951 publicó "El hombre rebelde" y, posteriormente, "La caída" 1956, la obra teatral "Estado de sitio", "El exilio y el reino" 1957. En forma póstuma fueron publicados la novela "Una muerte feliz", su obra inacabada "El primer hombre" y sus "Cuadernos".

El amor por España, heredado de su madre, lo llevó a realizar adaptaciones de obras de Lope de Vega y de Calderón -"El caballero de Olmedo, La devoción de la Cruz"- y a ambientar su novela "El estado de sitio", en la ciudad española de Cádiz. Distinguiéndose además por su critica sin concesiones al régimen del general Franco.

En 1957 ganó el premio Nobel de Literatura y se negó a recibirlo. Un lunes 4 de enero de 1960 un árbol y el destino le indicaron el camino de la historia y de la eternidad.

"No camines delante de mí, puede que no te siga. No camines detrás de mí, puede que no te guíe. Camina junto a mí y sé mi amigo”

El amor por la libertad y la defensa de la tolerancia, como elementos que propician el diálogo entre los seres humanos, son dos aspectos esenciales de la vida y la obra de Albert Camus. Por encima de su filosofía o su literatura, quizás lo más importante del legado de Camus es su existencialismo sin dogmas ni limites; aquél que lo llevó a defender la independencia de la conciencia humana frente a cualquier imposición política o social; aquel que lo hizo tomar distancia de las causas que, amparadas en objetivos "nobles", valoran los fines sin importar cuánta sangre y muerte traigan consigo los medios empleados. "Un fin que necesita medios injustos no es un fin justo", escribió en su polémico libro "El hombre rebelde".

“Para la mayoría de los hombres la guerra es el fin de la soledad. Para mí es la soledad infinita”.

Toda su obra muestra la condición absurda de los seres humanos, pero también su capacidad de rebelión frente a ésta, y frente a las expresiones de autoritarismo creadas por nosotros mismos. "Me rebelo, luego, exisitimos", escribió. Albert Camus reivindicó, a través de su obra esta rebeldía que se traduce en la capacidad de disentir, en la defensa de la independencia y el espíritu crítico, de la tolerancia y del respeto por el otro, en la valoración del ser humano por encima de cualquier fundamentalismo o propuesta "salvadora".

"Las ínsulas totalitarias no se edifican sobre las virtudes de los dictadores sino sobre las carencias de los demócratas."

-El extranjero-

Ésta es quizás su obra capital y la más conocida de su importante bibliografía. En este libro, Camus, demuestra su inimitable capacidad creadora, llevando al lector a uno de los aspectos más anómalos e inquietantes del comportamiento del ser humano; la falta de aptitud para rodearse y vincularse con sus semejantes, elemento esencial para su propia supervivencia.

"No ser amados es una simple desventura; la verdadera desgracia es no amar."

Meursault, personaje central de esta punzante novela, busca inconscientemente, afectos que den sentido a su vida, más su destino está trazado; es un ser huraño ligado a la nada y a la indiferencia de su propia existencia, un hombre sin emociones que por esa carencia termina siendo condenado a muerte. Se le condena por no haber llorado ni demostrado dolor en los funerales de su madre. Se le condena por matar brutalmente a un hombre, infortunada y desconocida víctima de un ser humano atrapado por un bloqueo emocional que le impide comprender la magnitud de su acto criminal.

“El ardor del sol me llegaba hasta las mejillas y sentí las gotas de sudor amontonárseme en las cejas. Era el mismo sol del día en que había enterrado a mamá y, como entonces, sobre todo me dolían la frente y todas las venas juntas bajo la piel... Todo mi ser se distendió y crispé la mano sobre el revólver. El gatillo cedió... Sacudí el sudor y el sol... Entonces tiré aún cuatro veces en un cuerpo inerte en el que las balas se hundían sin que se notara. Y era como cuatro breves golpes que daba en la puerta de la desgracia.”

Pero, ¿quien es este "extranjero" al que los jueces lo convertirán en un monstruo; que se sentirán espantados al no encontrar en él, ni un rastro de remordimiento después de haber asesinado de manera bestial? Este es Meursault, un verdadero laberinto que traspasa la barrera de los sentimientos y se yergue frente al tribunal como un extraviado insensible y desalmado. Más, lo que los jueces no pueden entender es que este Meursault se encuentra más allá de la racionalidad humana. No puede comprender la naturaleza humana, pues él mismo no puede comprenderse como individuo; es aquel a quien la lluvia del mundo no puede mojar y se entrega frente a la justicia de ese tribunal sin comprender nada, porque en realidad él está allí y no está en ningún lugar que pueda contener su lejanía inaccesible.

Este "extranjero" es un muerto viviente, un personaje cuya pelea se encuentra muy lejos del mundo que le rodea, porque ciertamente, Meursault es una criatura sin interés por su propia existencia, un ser vacío, que no tiene con quien ni por quien luchar en la vida, y por ello, con absoluta indiferencia se somete al juicio, sin defensa alguna de su libertad. Solitario y aislado, sin embargo es tan desesperado su deseo de recibir algo de sus semejantes, que su pensamiento final define con una crudeza que nos llena de asombro y hasta de comprensión cuando anhela que:

"para que todo sea consumado, para que me sienta menos solo, confío que el día de mi ejecución haya muchos espectadores que me reciban con gritos de odio".

Esta novela, que hoy puede resultar tan inquietante para la sociedad contemporánea, como cuando la escribió en 1942, es una obra que habla de otra clase de libertad; la libertad que se transforma en un aislamiento afectivo y un exilio interior que engendra la incapacidad de poner sentido a la existencia. Camus ha creado una obra de pesadilla, genial en la concepción del personaje, que sobrepasa largamente la estructura del argumento que da vida a la obra.

Libro breve en páginas, pero de intensidad incomparable, debe leerse con el corazón, será el camino para comprender a ese "extranjero" que todos llevamos dentro, su lectura nos deja un profundo y contradictorio sentimiento de piedad y soledad, a la vez que nos entrega la llave de acceso para comprender la capacidad de lo absurdo de la condición humana.

“El ser humano, lírica bestia
catarsis torrencial
de sueños inmortales
en su camino, recorre los cielos del placer
y los abismos del dolor
hilos de marioneta explican su miseria
de vuelos encadenados
por losas de convencionalismo
retrato de onomatopeyas
creadas por su propia existencia
equilibrio de un vértigo
dónde el suicidio es acto sumo de libertad”

¿Tiene nuestra libertad condición de extranjeria?

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