Nunca es demasiado pronto
Marc había nacido con una gravísima enfermedad en su sistema inmunitario. Dada su incapacidad para generar anticuerpos, sus posibilidades para sobrevivir eran muy pocas...
Marc vivía en una burbuja esterilizada. Se paso los primeros veinte años de su vida, dentro de “su burbuja”. Sus libros, la televisión y el teléfono eran junto con su madre sus compañeros inseparables.
Fue justamente el día que cumplió veinte años cuando se dirigió a su madre y le dijo: “he tomado una decisión” “voy a viajar”.
La madre se desespero al escuchar a su hijo, la única vez que había abandonado su burbuja fue por la muerte de su padre y por complicaciones de una gripe estuvo a un paso de la muerte.
"Fíjate mamá", dijo Marc, "tengo veinte años y no creo que me queden muchos mas de vida, yo no quiero morirme mamá. Pero menos quiero abandonar este mundo sin haber visto la Mona Lisa, las arenas de una playa o los colores de un arco iris".
La madre lloraba pero ante la decisión irrevocable de su hijo acepto acompañarlo en su aventura final. Estuvieron cuatro meses fuera de casa. Se maravillaron con los cuadros y esculturas del Louvre, las ruinas de Pompeya, las fuentes de Roma, aprendió a ordeñar una vaca y lloro de emoción con la visión de su primer arco iris y la inmensidad del mar.
Al volver a casa y después de una revisión se le detectó un simple resfriado aunque para él significara estar en peligro de muerte por su falta de defensas.
Los médicos solo pudieron arrancarle un compromiso de reposo en casa por unas semanas.
“Mamá” llamó su hijo desde la cama. – “Aquí estoy, hijo, ¿Qué necesitas?"
"Abrázame"- le pidió mientras pegaba su mejilla a la de ella, le dijo."Te lo agradezco mucho mamá, se cuánto te debe haber costado aceptar mi decisión, pero tu respeto por mí solo se puede comparar con el amor con el que siempre me cuidaste"
Después de dos semanas de reposo le dieron permiso para dar pequeños paseos por la ciudad. Una de sus primeras salidas, fue al enorme centro comercial cercano a su casa. Pretendía comprar unos libros de viaje. Al pasar por la tienda de discos entró para comprar música de los países que quería visitar, y al entrar , . . La vio.
Era una jovencita de unos veinte años con el pelo lleno de rizos, la piel morena y unos increíbles ojos verdes. Atraído como por un imán se acercó hacia ella y se quedó pasmado mirándola.
Despues de unos segundos la chica le preguntó – "¿Te puedo ayudar?" Y el pensó en decirle . Salgamos a pasear, cuéntame algo de ti . . . – Pero no pudo. Se le hizo un nudo en la garganta y tragando saliva solo dijo: "Quiero este CD", cogiendo el primero que saltó a sus manos-"¿quieres que te lo envuelva para regalo?" –"Siiii"-dijo el muchacho con un hilo de voz.
Cuando llegaron a casa le contó a su madre todo el episodio y se maldijo por no haberse atrevido a decirle nada. La madre lo tranquilizó diciéndole que podía volver a la tienda la semana próxima y tener el coraje de invitarle o pedirle su teléfono para llamarle.
No esperó. Al día siguiente volvió y al aproximarse a ella se puso rojo y eso le avergonzó y finalmente dijo: "este CD por favor"-"¿Otro regalo para ti?" Dijo la joven, "si Por favor . ." Contestó embelesado. Otra vez ese para él, maravilloso roce entre sus dedos al darle la tarjeta de crédito. Otra vez el fugaz encuentro de sus miradas y sobre todo otra vez, su silencio forzado por su timidez y vergüenza.
Así, dos o tres veces por semana hasta que porfin sacó fuerzas de su frágil cuerpo y se decidió a hablar con ella. Se desplazó a la tienda de discos y… "Quisiera", empezó. - "¿sí?", dijo ella. "Quisiera… este CD"- dijo una vez mas con una caja desconocida en la mano.-"Claro"-dijo Adhara y sin preguntar fue a envolver el CD para Marc. Pero antes de que ella se girara, escribió en el talonario de facturas: Mi nombre es Marc. Vivo aquí. Me encantaría que tomáramos un refresco y charláramos este es mi número 313-811-47. Después de escribir cerró el talonario y terminó de pagar y se fue como si nada hubiera pasado.
El lunes sonó el teléfono en casa del muchacho. La madre lo cogió -¿Si?- "Hola. . soy Adhara, ¿podría hablar con Marc?, por favor?" Se hizo un largo silencio en la línea, hasta que la madre recuperó el aliento para contestar. –"Lo siento Adhara. . Marc murió ayer".
Adhara había encontrado la nota de Marc cuando ya era demasiado tarde..
La madre colgó el teléfono llorando. Y sin ninguna razón fue hasta el escritorio de su hijo abrió el armario y miró la pila de CD’s sin abrir en el primer estante. Por curiosidad abrió el primero de abajo y el CD tenía pegado una nota que decía:
“Hola soy Adhara. Soy nueva en la ciudad, no tengo ningún amigo ¿quisieras tomar algo conmigo?”. La madre abrió los demás CD’s, cada uno llevaba pegada la misma nota que a espaldas de Marc, Adhara había escrito y dejado oculta en el envoltorio. Posiblemente con el mismo miedo al rechazo que su hijo. “tienes unos hermosos ojos y una mirada triste, ¿no quieres que nos encontremos para charlar?"... “Me llamo Adhara y tengo verdadero deseo de conocerte…" Y así una nota y otra y otra.
Esta historia está supuestamente basada en hechos reales, aunque poco importa. Cierta o no, la historia de Marc y Adhara señaló en mi vida un camino de reencuentro y liberación.
Cuantas veces nuestra maltrecha autoestima nos ha ahogado un “te quiero”.
Cuantas veces un pensar “no estar a la altura” nos ha hundido en la más humillante de las impotencias.
Cuantas veces nuestros prejuicios y orgullo nos han confinado en la más lacerante de las soledades.
Nadie sabe lo bastante de ese nadie que lo busca todo. Abramos nuestro corazón a la libertad; decidir que ese "todavia" es "ahora", nos hará libres.
"Busca en lo más hondo de tu alma
y encontrarás tu primavera olvidada
Esta ahí como siempre ha estado
Mira el horizonte, respira profundamente
y veras tu Arco Iris, te esta esperando.
No dudes, pregunta, defínete,
y encontrarás tu primavera olvidada
Esta ahí como siempre ha estado
Mira el horizonte, respira profundamente
y veras tu Arco Iris, te esta esperando.
No dudes, pregunta, defínete,
tu libertad es tu destino
Cerrar tu corazón a las estrellas
es morir poco a poco en cada una de ellas.
Abre la vida a tus sueños, tu vida vale morir por ella…"
Cerrar tu corazón a las estrellas
es morir poco a poco en cada una de ellas.
Abre la vida a tus sueños, tu vida vale morir por ella…"